domingo, 14 de agosto de 2005

CRITICO, CRITICAS, CRITICA

Es difícil certificar si las críticas a Femando Hierro surgen de lo leído en prensa o sí lo que se escribe procede de un runrún generalizado cuando un delantero le encara; nunca sabremos si los silbidos a Rivaldo son padres o hijos de lo publicado. Entre el comentario que circula y el debate periodístico nunca se sabe que es generador y que generado. En cualquier caso somos conscientes de que todo es susceptible de análisis. Ese tamiz es básico en el desarrollo de nuestras sociedades desde la ilustración a nuestros días y su ausencia provocó etapas de regresión social. En cualquier caso para que genere ese florecimiento ha de realizarse a la luz de la razón, por definición libre, y nunca partiendo de maniqueismos interesados que surgen para crear seguidores fervorosos. La censura que persigue Bush camina en sentido errado, la senda de los totalitarios que pretenden que todos nos guiemos por una luz que ellos se encargan de interpretar: la luz divina. Esa que nos divide en fieles e infieles. Partidarios o detractores de Hierro o Rivaldo.

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