jueves, 7 de junio de 2018

EL PODER COMO RESPUESTA

Imagen tomada de politicas-pi.com
Cuando un grupo de personas pretenden poner en marcha un proyecto colectivo, lo hacen reuniéndose al cobijo de una pregunta: ¿qué es lo que queremos? En realidad, esta cuestión ya venía medio planteada desde la calle; fue la propia necesidad compartida, ese ‘querer’ común y en común, el que ejerció de biela y destino. Biela para que la idea que flotaba comenzase a rodar; destino, para tener medianamente claro y acordado el lugar al que se pretende llegar.

A partir de ese momento iniciático surge el interrogante esencial, el que dota de sentido al esfuerzo por venir: ¿qué es lo que podemos? La respuesta dada vendrá en consonancia con la capacidad de avituallamiento, con el material del que se dispone para emprender la marcha o del que se puede disponer a lo largo del camino.
Hasta ahí, saber qué se quiere, analizar hasta dónde se puede, el asunto suele ser fácil. La dificultad del caminante arranca con la tercera y definitiva cuestión, la que aparece en paralelo con las dificultades propias del viaje: ¿qué es lo que podemos ahora? Es esta una pregunta que no admite como respuestas los discursos vacuos trufados de demagogias. El problema es ‘en este momento’ y es en este momento cuando hay que tomar una decisión.

Las organizaciones políticas no están, de inicio, exentas de trazar esta trayectoria. Pero tienen una diferencia que aparece tras dar respuesta a la primera pregunta y que mediatiza todas las demás: en el texto de esa primera respuesta siempre añaden una obvia adenda en la que se deja claro que, dado que para conseguir tal objetivo necesitamos el poder, el primer ‘qué queremos’ habrá de ser dotarnos de tal poder. La fuerza de esta conclusión es tan desmesurada que todo lo demás va paulatinamente perdiendo fuste. Al final, ese conseguir el poder se convierte en el primer, el segundo y el tercer objeto del deseo hasta hacer olvidar la razón que se adujo para acometer el camino.

Así, el ‘qué podemos’ se convierte en qué podemos hacer para conseguir más poder y el ‘qué podemos ahora’ se convierte en un manual de supervivencia expuesto a las coyunturas del momento. Como cada ‘ahora’ es distinto, exige distintas respuestas. Tan distintas que a veces se contradicen con las anteriores. De esta manera se puede entender los caminos en zigzag, los ‘donde dije digo’, el aparente sinsentido de algunos movimientos. Incluso, que lo que ayer era inimaginable por nocivo, hoy se aplauda con las orejas.


Publicado en "El Norte de Castilla" el 07-06-2018

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