Lejanos aquellos días de “la calle es mía” hoy queremos reivindicar la
calle como espacio de convivencia, como escenario de encuentro. Hoy, nuestras
ciudades, están invadidas por el coche -un instrumento útil transmutado en
icono de la postmodernidad- desde su diseño hasta las principales decisiones
sobre ordenamiento urbano. Se piensa a partir del coche y quedan pocas
alternativas para el resto que se limitan a sufrir sus consecuencias. El coche,
tras 30 años de abuso, monopoliza el espacio urbano, eleva el nivel de ruido
ambiental, empeora la calidad del aire y supone un riesgo directo para la vida
a causa de los accidentes. Paradójicamente la mayoría de los desplazamientos
urbanos no se realizan en coche, sin embargo todo está organizado para su uso
exclusivo. Además esta imposición es de los más fuertes sobre los más débiles:
de personas sanas entre 18 y 65 años hacia personas mayores, menores de 18 años
o con algún grado de discapacidad (los más propensos, además, a sufrir las
negativas consecuencias para la salud del uso indiscriminado del vehículo
privado). Ante este conflicto Calles para Todos ofrece una solución
basada en la reducción del uso del coche y quiere abrir un debate que conlleve
una reasignación del espacio urbano primando soluciones alternativas para la
movilidad. Es un desafío, un guante lanzado al aire que recogemos las personas
y colectivos que pretendemos abrir un espacio de reflexión. Somos conscientes
de los daños que provoca el actual modelo sobre nuestras vidas -duración y
calidad- y estamos dispuestos a hacer ese llamamiento dentro del marco de esta
Semana Europea de la Movilidad. Una semana es poco tiempo para la reflexión y
un día sin coches es una gota de agua en el océano pero queremos asirnos al
valor simbólico para trascender hacia lo cotidiano. Desde aquí, quienes
suscribimos, nos comprometemos a trabajar para que se implanten medidas
permanentes que permitan una movilidad basada en criterios que defiendan la
salud de las personas y del planeta, que se fundamente en el interés público y
que partan desde la ordenación del territorio urbano.
Valladolid puede ser más guapa y en este empeño queremos hacer
partícipe al gobierno municipal. Algunas soluciones son sencillas, desde
habilitar más zonas peatonales o de tráfico lento a la mejor y ampliación de
los carriles bici, desde la creación de sistemas de uso compartido de
automóviles privados a la mejora de la oferta de los servicios del transporte
público, desde la elaboración de planes de transporte escolar o de empresa a el
impulso del PIMUVA y el fortalecimiento del Consejo de Movilidad de Valladolid.
No es buen precedente que esos regidores hayan rechazado el apoyo a las
actividades organizadas con motivo de esta Semana Europea de la Movilidad. No
queremos medidas sin contenido ni continuidad, el compromiso va más allá de una
serie de medidas ineficaces (y caras) para cubrir el expediente. Esperamos que
esta indolencia sea pasajera y se avengan a trabajar en pos de la mejora de la
salud y la calidad de vida de sus conciudadanos.
El reto es de una dimensión considerable, si el esfuerzo es de la misma
magnitud se logrará y ello repercutirá en toda la sociedad.
¡a la calle, que es de todos!
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