El carpintero pulía
el listón con la garlopa, cuando observó que en el poyo de la ventana del
taller se había posado un cuervo. El hombre frunció el ceño, se irguió,
apuntó y con un certero garlopazo dejó
al cuervo patas arriba mientras poco más de media docena de plumas flotaban
sobre el cadáver. Su hijo, presente como cada tarde en el taller, le reprendió:
Papá, ¿por qué has hecho eso? El padre, que había recuperado su habitual
sonrisa tras el ajusticiamiento del ave, puso el brazo sobre el hombro del
chiquillo y con un tonillo enigmático le respondió: Mira hijo, sabiendo lo que
fue capaz de hacer una paloma ¿qué no podría hacerme un cuervo?
El Papa Francisco,
que aunque haya tomado el nombre del pobre de Asís, no tiene la misma relación
con la naturaleza, debió sufrir un humano arrebato y puso en solfa aquel verso del santo: Loado
seas, mi Señor, con todas tus criaturas. San Francisco fue capaz de aplacar la
ferocidad del lobo de Gubbio con una sola señal, el Papa, sin embargo, vio como
su metáfora fue derrotada por otra metáfora de mayor calado. El obispo de Roma
había soltado un par de palomas simbolizando el ansia de paz. Mientras estas
empezaban su primer vuelo en libertad oyeron al Pontífice decir: “Espero que se
desarrolle un diálogo constructivo”. Inmediatamente un cuervo y una gaviota acudieron
al encuentro, desoyeron al Papa y desplumaron las palomas. Seguro que a
Francisco le rondaron otros versos por la cabeza, los que cantara Violeta
Parra: Que dirá el Santo Padre/ que vive en Roma/ que le están degollando/ a sus palomas. ¿Qué diré? se preguntaría.
Cuervos y gaviotas trabajando a la par, no
son pocas las veces que hemos usado estos bichejos para explicar la situación
en la que nos encontramos. Los cuervos simbolizan la avaricia del poder económico,
las gaviotas son el icono elegido por el partido gobernante. Un partido que
aterrizará en Valladolid este fin de semana para celebrar su Congreso. La
capital pucelana acogerá un buen número de ellas, pero no a todas. Parece que
parte de las gaviotas del grupo se han desvinculado buscando más el centro y
otras buscando el centro del centro. Pero no, en el centro solo hay palomas, la
reunión será en la margen derecha del Pisuerga y los que se van es porque esa
derecha les parece poca.
Publicado en "El Norte de Castilla" el 30-01-2014
Pobres cuervos, solamente porque sacan ojos ya tienen que ser malos. Es el ciclo de la vida ¿para que queremos los ojos después de muertos? Otra cosa es que no sepan diferenciar inconsciente de muerto. Y todo es porque son negros. Melanofobia podría llamarse y debe ser tan antigua como la humanidad. O nictofobia.
ResponderEliminarSon como gatos alados.