viernes, 13 de diciembre de 2019

Y MAÑANA SERÁ OTRO DÍA

Imagen tomada de huffingtonpost.es
Va camino de los ocho meses, y lo que falte por andar, lo del gobierno en funciones, lo que no deja otra cosa que un país en funciones, agazapado, preparándose para correr pero sin saber hacia dónde, que lo que hoy es blanco mañana puede ser negro y tan posible es el fas del acuerdo de izquierdas y centrífugos como por el nefas de la abstención de derechas y centrípetos. O tener que ir a votar otra vez, que nada es descartable en estos tiempos de aventureros sin aventura.
En este interregno malicioso, dado que la aritmética electoral marca que el primer paso para salir del ‘en funciones’ tenga que venir desde las izquierdas, las derechas andan un pelín soliviantadas. Este espacio político y, sobre todo, social, se autootorgó la potestad de decidir por todos la traza de la linde que separa lo que es españolamente válido y lo que es inválido españolamente hablando.
Pues bien, si partimos de que la derecha española vive tiempos convulsos, que a una mano y a otra andan compitiendo por ver quién es más español, español, y le sumamos que nada es más difícil de gestionar que el silencio cuando es otro el que agarra la sartén por su mango, obtenemos como resultado un sinfín de profetas que aventuran el llorar y crujir de dientes a la vuelta de la esquina.
Mas, sentimentalismos aparte, y al menos hasta el día de hoy, tanto vale un voto de un tendero de Malgrat de Mar como otro de una ingeniera de Peñafiel, uno de una universitaria de Hernani como otro de un jubilado de Ciudad Rodrigo. Queramos lo que queramos, deseen lo que deseen, la realidad de este país es demasiado compleja como para enjaularla en tres frases huecas, como para embotellarla en una u ocho esencias. Esa diversidad es lo que hay, es lo que somos. El resultado de las elecciones es, tal cual, lo que votamos. Los acuerdos están dentro de lo que marca esa ley con la que se dan golpes de pecho los que desprecian la posibilidad de acuerdos entre diferentes. Y no, el fin de los días no está tan cerca, ni los jinetes del apocalipsis andan cruzando los Pirineos. Ni, por cierto, señora Álvarez de Toledo, el momento político es peor que cuando ETA mataba.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 12-12-2019

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