AGOSTO NO SON FECHAS

No me cansaré de repetir que no son fechas. Por más que nos pueda el ansia, el fútbol, a estas alturas de agosto, cae como a trasmano. Mejor estaríamos especulando –generando expectativas o apaciguando los miedos ante lo venidero– mientras matamos el tiempo disfrutando de la puesta a punto en insustanciales torneos veraniegos. Ni son fechas ni tiene sentido el comienzo de una competición que, a la par, mantiene abierto el periodo dispuesto para el acopio de pertrechos, de forma que el mismo jugador que hoy celebra un gol puede maldecir pasado mañana haberlo anotado porque fue en detrimento de los objetivos del equipo en que habrá de completar la temporada.

Pero aquí estamos. Por más que lo repita, los lamentos se perderán 'como lágrimas en la lluvia': Al fin, el sino de la época discurre en la dirección opuesta, en la invasión de todo tiempo y espacio como recurso para la facturación. Apenas ayer lamentábamos el descenso y hoy, sin tiempo para haber completado las etapas del duelo, zarpamos ya para efectuar la siguiente travesía. No es recurso literario, hace unos días miraba el calendario de la liga para anotar en la agenda los horarios de los partidos del Pucela. Miraba y no los encontraba, repasaba y tampoco. Hasta que me percaté de que estaba mirando los partidos de Primera. Eso sí, cuando me dispuse a copiar los datos de la categoría correspondiente, al observar que los dos primeros enfrentamientos habrían de ser con Sporting y Zaragoza, se produjo un reflujo de historia que propició un suave aterrizaje. Por más que, insisto, en agosto haya más pucelanos en Gijón que gijoneses desplazados para seguir a su equipo en el partido de Pucela.

Desde la perspectiva blanquivioleta, el entretanto, por más que corto, mereció los calificativos de profuso e intenso. Entre dimes y diretes, la marcha de media plantilla y la puesta en la lanzadera de despegue a la mitad de la otra media, la pasmosa –por el momento en que se ejecutó– despedida del director técnico del club, los huecos por completar en una plantilla parca de efectivos, la proliferación de jugadores del Promesas en los encuentros amistosos... comienza la competición con más dudas que certezas, con un once en el que solo se alistaban cinco jugadores presentes la temporada previa, en el que probablemente no haya muchos más en el equipo tipo que se podrá alinear cuando el zoco de futbolistas eche el cierre en el justo instante en que septiembre cobre vuelo. Cabe un pesimista motivo de optimismo. Unida al descenso de categoría, el fútbol español sufre una drástica caída de nivel. Torneos de otras latitudes se están imponiendo en la provisión de jugadores. Entendimos como excentricidad que Plata saltara a la liga qatarí, se consideró un prematuro retiro cuando en realidad estamos ante una explicación de geopolítica, un cambio de foco que aparta paulatinamente a Europa del centro planetario. Vaya, que lo que nos pueda hoy parecer poco, quizá sea suficiente para alcanzar el objetivo que retumba:el retorno a Primera.

Publicado en "El Norte de Castilla" el 12-08-2023